Se entiende como genealogía sucesoria la búsqueda de los familiares en vida más próximos a una persona el día de su muerte, es decir, los herederos legales del testador. El requisito previo para ello es que el testador no haya dejado ningún testamento o que dicho testamento sea considerado como inválido. En algunos casos menos habituales, también nos encargamos de buscar a los herederos testamentarios cuyo paradero se desconoce. Por lo que se refiere al derecho de sucesión alemán, el quinto y último libro del Código Civil Alemán (BGB) resultan decisivos, en particular los párrafos 1924 a 1936, en donde se menciona la sucesión legal.
Sin embargo, no resulta suficiente con haber localizado a las personas con derecho sucesorio. Para poder obtener en el juzgado de sucesiones un certificado de herencia, necesario en la mayoría de casos para poder gestionar el conflicto, se deben haber recopilado antes una gran cantidad de pruebas, generalmente documentos de carácter civil y extractos de los registros de la iglesia. El período de investigación puede prolongarse en ocasiones durante décadas, a veces incluso durante siglos. Por ello, resulta imprescindible para un genealogista sucesorio contar con una buena fuente documental y una buena base de archivos.
Al fin y al cabo el genealogista sucesorio también se hace cargo del conflicto sobre el patrimonio en nombre de los herederos. Especialmente en las comunidades sucesorias más grandes es donde suele haber más desacuerdos entre los herederos, quienes, aun siendo miembros de la misma familia, a menudo no se conocen personalmente. Es en estos casos es donde aparece la figura del genealogista sucesorio, haciendo de intermediario y asegurando el recibo de la herencia a todos los herederos.